Investigadores del CSIC y de la Universidad de Sevilla consiguen crear un pan de trigo apto para los intolerantes al gluten gracias a la modificación genética
Buena textura
El pan elaborado por los científicos, “hecho de la forma más natural posible y con levadura especial para celiacos”, fue comparado con un pan de harina de trigo normal y con otro de pan de arroz. Durante el análisis, en el que se tuvieron en cuenta sus propiedades organolépticas, nutricionales e inmunotóxicas, los investigadores observaron que los panes elaborados con harinas sin gliadinas mostraban características de calidad harinopanadera similares a las de la harina normal. “Estaba rico”, afirma el científico.
Por otro lado, en el análisis sensorial, los catadores mostraron preferencia hacia el pan sin gliadinas frente al pan de harina de arroz y lo equipararon al pan de harina de trigo tradicional. “Nuestros resultados ofrecen una gran oportunidad para mejorar la calidad de vida de millones de personas en todo el mundo que sufren alguna intolerancia al gluten”, apunta Barro. El siguiente paso es llevar a cabo ensayos clínicos con personas celiacas para ver las reacciones a lo largo de este año o en 2015. Para conseguirlo se necesitan entre 500 y 800 kilos de harina para el ensayo con 70 u 80 personas. El trigo está sembrado y ahora solo falta que se cierre la financiación de este proyecto, que ha llamado la atención en Estados Unidos. “Es más fácil que se desarrolle allí que en Europa por la polémica que existe sobre los cultivos transgénicos”, indica el científico.
En cuanto al coste de este producto, en el que ha colaborado también la Universidad de Sevilla, Barro asegura que puede ser casi similar al del pan normal. “Hay empresas que hacen ya productos sin gluten, como colines o masas de pizza. Lo único que hay que hacer es no mezclarlo con trigo normal”, comenta. Y es que la inversión en la cesta de la compra de una persona intolerante al gluten se dispara. En el informe anual que elabora la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE), la factura de este colectivo batió el año pasado un récord. El estudio, basado en una dieta de 2.000 a 2.300 calorías, revelaba que la cesta de la compra de una familia con al menos un miembro celíaco se encarecía 1.616,13 euros al año. En el estudio publicado hace unas semanas, esa cantidad ha disminuido un poco (1.586,40 euros), aunque la diferencia con una familia sin ningún componente celíaco es de un 315%.
Fuente:
http://www.abc.es/sociedad/